Septiembre es el mes de la inestabilidad y el cambio. Las horas de luz irán disminuyendo día a día, al igual que las temperaturas. Tendremos que tener en cuenta estas variaciones a la hora de cuidar nuestro jardín.

Quitaremos las flores y plantas marchitas y hojas sobrantes del jardín, las cuales podremos aprovechar para el compost. De esta manera, estimularemos una floración más duradera. También retiraremos las malas hierbas.

Si todavía no hemos podado nuestros arbustos en forma, estamos a tiempo de hacerlo ahora.

Retiraremos las semillas sobrantes, las secaremos bien y las guardaremos en un lugar seco y oscuro, para poder cosecharlas el próximo año.

Seguiremos controlando posibles plagas y enfermedades de esta época como la cochinilla, la mosca blanca o el moho gris.

Con el cambio de temperaturas, deberemos de meter al interior algunas plantas de exterior.

Cultivaremos plantas de floración invernal, crisantemo, narciso, geranio, clavel, pensamiento… Y también será el momento ideal para plantar los rosales. Sera muy importante no cultivar nunca en suelo demasiado mojado.

En el césped, haremos una renovación a fondo, eliminando las zonas más dañadas y volviendo a sembrar en ellas. Segaremos semanalmente y regaremos con regularidad en caso necesario. Lo abonaremos por última vez antes del invierno.

Si queremos tener un estanque, será un mes adecuado para crearlo, ya que el sol todavía calienta para hacer crecer nuevas especies. Plantaremos nenúfares, plantas de orilla y especies que produzcan oxígeno, por ejemplo, la ortiga de agua. La protegeremos con una red para recoger las hojas que se caen diariamente, si no, las deberíamos de recoger nosotros.